La mejor cocina del mundo

 In Turismo

CATALUÑA, LA MEJOR COCINA DEL MUNDO

Ficha técnica

Nombre de la campaña: Cataluña, la mejor cocina del mundo

Nombre de la empresa: Agència Catalana de Turisme

Correo electrónico: publicitat.act@gencat.cat

Persona de contacto: Alba Cristòbal

Página web: https://www.catalunya.com/en/catalonia-the-best-gastronomy-in-the-world

Perfiles sociales: https://www.instagram.com/catalunyaexperience/  / https://www.instagram.com/somgastronomia/

Nombre de la agencia: McCann Worldgroup Barcelona

Correo electrónico: talia.mendi@mccann.es

Persona de contacto: Talia Mendi

Página web: https://mccann.es/

Perfiles sociales:  https://www.instagram.com/mccannworldgroupspain/

Más que una fotografía, más que una nota de prensa.

Más allá de lanzar un comunicado al uso, esta acción tenía como objetivo reforzar y amplificar el relato de “Cataluña, la mejor cocina del mundo” también en nuestra comunicación con los medios y en las acciones de relaciones públicas,

generando un relato visual potente. Por ello, colaboramos con un fotógrafo de prestigio, Jordi Bernadó, para crear una imagen icónica que reuniera a todo el sector gastronómico en un único retrato colectivo.

El escenario elegido fue el Palau de la Música Catalana, un símbolo cultural de gran valor, donde además se presentó la campaña «Cataluña, la mejor cocina del mundo» al que asistieron personalidades como el presidente

de la Generalitat de Cataluña, chefs con estrellas Michelín, productores, restauradores, etc. A este evento acudieron medios de comunicación nacionales e internacionales, para garantizar eco, repercusión y proyección internacional.

Una imagen para la historia: Un proyecto colectivo sin precedentes que redefine la manera de transmitir la gastronomía catalana al mundo.

Hay imágenes que no solo captan un momento, sino que encapsulan una manera de entender el mundo. La fotografía que protagoniza la campaña “Cataluña, la mejor cocina del mundo” no es un retrato

convencional, no busca caras conocidas ni reconocimientos individuales. Es una composición coral, simbólica y profunda, ideada por el reconocido fotógrafo y arquitecto Jordi Bernadó para capturar la esencia de la gastronomía catalana: su carácter comunitario, arraigado y radicalmente creativo.

El escenario elegido para esta fotografía es tan significativo como el propio enfoque visual. El Palau de la Música Catalana, obra maestra del modernismo catalán construida entre 1905 y 1908 por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, representa uno de los hitos culturales más emblemáticos de Cataluña. Pero su valor no radica únicamente en su belleza arquitectónica, sino también en su génesis: fue financiado a través de aportaciones de toda clase de ciudadanos —desde obreros anónimos hasta grandes figuras de la burguesía catalana— que unieron esfuerzos para levantar un espacio de cultura compartida. Ese espíritu igualitario, sin jerarquías, simboliza a la perfección la filosofía que guía la cocina catalana contemporánea.

La fotografía rompe deliberadamente con la estética habitual de los retratos de prestigio. Los protagonistas —chefs, productores, sumilleres, pasteleros, pescadores, campesinos— no miran a cámara.

Están repartidos aleatoriamente por el espacio, sin ningún orden ni distinción por fama, premios o trayectoria profesional. Todos comparten un mismo gesto: mirar hacia el escenario.

Esa mirada común se convierte en una poderosa metáfora: la cocina catalana no es una estructura jerárquica, sino una red. No es una exhibición de individualidades, sino una armonía colectiva.

Retratados de espaldas, los nombres y los rostros se desvanecen para dejar paso al mensaje. No se trata de reconocer una figura concreta, sino de reconocer una manera de hacer, de cocinar, de vivir.

Esta imagen habla de memoria, de experiencia, de sabiduría compartida y de mirada hacia el futuro. Es un homenaje a todo aquello que ha hecho de Cataluña la mejor cocina del mundo, y una declaración artística de intenciones.

Un liderazgo reconocido internacionalmente

La fotografía no nace de una intuición simbólica, sino de una realidad sólida y reconocida a nivel global. Cataluña es hoy Región Mundial de la Gastronomía 2025, un título otorgado por el prestigioso Instituto Internacional de la Gastronomía, la Cultura, las Artes y el Turismo (IGCAT), que reconoce la excelencia gastronómica, el impacto cultural y la conexión con el territorio.

Este reconocimiento culmina décadas de liderazgo gastronómico. Cataluña es la única región del planeta que puede afirmar que tres de sus restaurantes han sido elegidos como los mejores del mundo por

The World’s 50 Best Restaurants: elBulli, que revolucionó la cocina moderna bajo la dirección de Ferran Adrià; El Celler de Can Roca, con una visión familiar y artística que ha dejado huella a nivel global; y Disfrutar, ejemplo de la nueva generación de cocineros que siguen innovando desde la creatividad y el rigor.

A este palmarés se suman 62 restaurantes galardonados con estrellas Michelin, que acumulan un total de 77 estrellas activas, la concentración más alta por territorio. Además, figuras como Albert Adrià

—reconocido como el segundo mejor chef del mundo en 2024 por The Best Chef Awards— consolidan el liderazgo de Cataluña en la vanguardia culinaria.

Pero más allá de los reconocimientos, la cocina catalana destaca por su ecosistema vivo e integrado en el territorio. Más de 573.500 profesionales forman parte de esta cadena de valor: agricultores, pescadores, ganaderos, viticultores, elaboradores, camareros, sumilleres, chefs y pasteleros. Un sector que representa el 20 % del PIB catalán y que se articula a través de 12 Denominaciones de Origen Protegidas (DOP), 13 indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y 12 Denominaciones de Origen vinícolas (DO). Este tejido no solo conserva la tradición, sino que, apuesta por la investigación y el desarrollo, con una inversión de más de 85,7 millones de euros anuales en innovación.

Una campaña para compartir la cocina catalana con el mundo

Con el objetivo de compartir esta riqueza y complejidad con el mundo, la Generalitat de Cataluña ha impulsado la campaña “Cataluña, la mejor cocina del mundo”. Se trata de una propuesta comunicativa ambiciosa, que quiere explicar la esencia de esta cocina no solo a través de los platos, sino también de las personas, de los paisajes y de los valores que la hacen única.

La campaña gira en torno a un vídeo central que muestra el viaje que hace el producto —del campo, del mar y de la montaña— hasta llegar al plato. El relato recorre siete grandes paisajes gastronómicos del territorio: Barcelona, Costa Brava, Costa Dorada, Tierras del Ebro, Tierras de Lleida, Pirineos y Paisajes de Barcelona. En cada escenario se presentan platos emblemáticos como el arroz de Pals, los calçots con romesco, la gamba de Palamós, los caracoles de Lleida o la costilla de cabrito con ratafía.

El vídeo pone en valor a los protagonistas reales que hacen posible esta cocina: productores, elaboradores, cocineros y cocineras, muchos de ellos reconocidos internacionalmente.

El momento culminante llega con una gran mesa compartida, donde se brinda con vinos del país para celebrar la excelencia gastronómica catalana. La música, basada en la canción tradicional “Nyam nyam bon profit”, acompaña todo el relato con un tono alegre, emocionante e identitario.

Esta campaña no es solo una promoción turística: es una celebración de país, un acto de reconocimiento a una cultura gastronómica que ha sabido evolucionar sin perder sus raíces, que, apuesta por la calidad y la proximidad, y que entiende la cocina como un espacio de creación, memoria y comunidad.

Cataluña se retrata

Con la fotografía de Jordi Bernadó, Cataluña ha hecho un gesto que es mucho más que simbólico. Ha puesto ante el mundo su mejor cocina, pero no para exhibirla, sino para compartirla.

En esta imagen, como en el Palau de la Música, todos tienen lugar. No hay posiciones preestablecidas ni nombres destacados. Hay una dirección común, un horizonte compartido y una manera de hacer que convierte la cocina en identidad.

Esta imagen, que ya ocupa páginas y portadas de medios de todo el mundo, no es solo un retrato: es un manifiesto visual, un punto de inflexión, un homenaje coral a una cocina que ha hecho historia y que sigue escribiéndola cada día.

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