Skittles.
Seguía la estela de la comunicación típica de Skittels, humor absurdo, situaciones rocambolescas y fidelidad a un claim: “no eres tú cuando tienes hambre”. Usaron a varios influencers, muy reconocibles y excesivos en su carácter, todo parecía totalmente on brand, hasta que en una de las ejecuciones usaron al influencer Álex Gibaja. Twitter se les echó encima y les acusaron de hómofobos y plumofóbicos.
Muchos alegaron que simplemente se hacía humor de un personaje muy llamativo que no lo era por gay o por tener pluma sino simplemente por una personalidad histriónica, con el consentimiento de esta persona, además.
¿Tú qué opinas? ¿La dejarías enterrada o la resucitarías?
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